Ya sé que el tema de la mediocridad de los servicios de atención al cliente está más que trillado, pero lo que ha ocurrido entre ayer y hoy es digno de contar.
Jueves, 20:30 de la noche, servicio técnico del ADSL de Orange. Una vez más, llamó con intención de solucionar un problema de velocidad en la línea. Con paciencia me como todo el numerito que hacen siempre para justificar que estás pagando un servicio técnico, es decir, apague y encienda el router, métase en la administración de su router y vea cuanta velocidad le está entrando, reinicie el ordenador...
Un inciso ¿No os suena este discurso? Seguro que sí, porque es lo que digo yo cada vez que alguien me pregunta con un problema derivado del ordenador ¿Y quién soy yo? Alguien que no tiene ni puta idea.
Seguimos, pues bien, después de todo el numerito le pregunto al teleoperador que por qué va mal el Internet y ahí se destapó como un colega más de cualquier grupo de amigos: "Tío, yo que sé ¿No tendrás puesto el e-Mule?" ¡Toma ya! Viva la profesionalidad. De repente me vino a la cabeza una imagen mía del 2003 diciendo exactamente lo mismo.
Viernes, 9:30 de la mañana, Servicio Técnico de Orange Móviles (como véis, Orange da problemas en todas las categorías). Estoy plácidamente durmiendo cuando me despierta mi padre hablando con el servicio técnico de forma acalorada. Hasta aquí lo normal, lo que hace todo el mundo cuando habla con esta gente. De repente, traspasando la frontera de la puerta de mi habitación cerrada se oye una voz gritando desde el otro lado del teléfono.
La teleoperadora (no hace falta que diga la región del mundo de donde
proviene), en un alarde de buenos modales le ha dicho a mi padre: "¡ES
QUE NO ME DEJA HABLAAAARRR!" Lógicamente, mi padre ha colgado, no sin
antes decirle: "Mire señorita, lo mejor es que se dedique a otra cosa,
está claro que de esto no tiene ni idea"
SI SEÑORES ORANGE HA SUPERADO SU NIVEL DE INEPTUD EN EL SERVICIO TÉCNICO YA HASTA LOS TELEOPERADORES GRITAN AL CLIENTE
No me gusta generalizar y no soy racista para nada, pero lo que está claro es que muchos de los sudámericanos que hay allí sólo les contratan porque ya hablan de usted a todo el mundo en su día a día.
Diréis, pues claro, si al final la pobre chica se habrá puesto nerviosa por culpa de tu padre. Pues no, mi padre únicamente lo que ha hecho es cortar su discurso disuasorio ofreciéndote mil promociones en lugar de solucionarte el problema. Promociones que luego no cumplen y hacen que tengas que volver a llamar, es un ciclo destinado a que del puro cabreo tires el móvil al suelo y ellos hagan negocio. Hacedme caso, esta todo pensado.